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- No tengo que pagar lo que he pedido y no tengo dinero, acompáñame al teatro, canto un par de canciones, me echan el dinero y pago la comida.
-¿Te has vuelto loca?, no pienso dejarte mi guitarra. La chica puso cara de endemoniada, ya me empezaba a caer mal.
Se la arrebate de las manos y me salí corriendo de el bar mientras que le gritaba a la camarera que me guardara la comida que volvería en media hora aproximadamente. La camarera puso cara de asco, sabía que estaba dando la nota y eso a mi me gustaba.